El análisis de la historia nos permite desde el pasado recrear las huellas de este tiempo presente, posibilita recuperar los acontecimientos que aportaron a la construcción de la identidad de hoy y de construir territorios personales y colectivos.

Nos exige recuperar a sujetos sociales que el pensamiento dominante considera no importantes, por ejemplo: las mujeres, ya que en una sociedad patriarcal la historia se escribe y se cuenta casi siempre desde una visión androcéntrica. Esto se constituye en un desafío incluso para el pensamiento político de los sectores progresistas.

En esa historia que justifica el orden hegemónico, quienes escriben la misma son grupos o instituciones dominantes como la Iglesia, el Estado y grupos de intereses privados, que a través de los medios masivos de comunicación, libros, textos escolares, videos y películas definen qué se debe contar y qué no, quiénes son protagonistas y quiénes no.

La recuperación de la historia debe ser creativa, propone Zinn, y “…centrarse en las nuevas posibilidades basándose en el descubrimiento de esos episodios olvidados del pasado en los que, aunque sea en breves pinceladas, la gente mostró una capacidad para la resistencia, para la unidad, y, ocasionalmente, para la victoria”.

Con este material se plantea, además, desmitificar a los héroes y heroínas como seres fantásticos capaces de grandes obras, reconociendo el aporte de personas comunes que desde actos heroicos cotidianos van forjando nuestra patria.

En esa historia que jamás nos contaron están ausentes luchas y resistencias que, al recuperarlas, nos permiten sustentar el presente desde otro lugar, donde es posible pensar que la transformación social es viable.

El Bicentenario del Paraguay se festeja en mayo del año 2011, fecha en que se conmemora la gesta de independencia de la Corona Española. Pero antes de llegar a la Independencia, para comprender nuestra historia es necesario conocer cómo fue la etapa de la conquista española en Paraguay.

Por ello, proponemos redescubrir nuestra historia y preguntarnos sobre: ¿Cómo fueron las relaciones entre los guaraníes y los conquistadores españoles? ¿Cuáles fueron las causas de la Guerra Grande (1865-1870)? ¿Qué pasó con la educación y la tierra en la época del Dr. Francia? ¿Hubo esclavos en nuestro país, y qué pasó con las mujeres, hombres afrodescendientes que viven en Paraguay? ¿Qué experiencias se desarrollaron en las ligas agrarias o en las escuelitas campesinas? ¿Qué protagonismo tuvieron mujeres y hombres en la tiranía stronista?

Si hacemos un recorrido por la historia de Paraguay, encontramos acontecimientos históricos políticos que fueron delineando nuestro país.

Muchos de esos hechos históricos permanecieron en el olvido, porque intereses de grupos dominantes así lo quisieron.

La cultura en el sentido freiriano significa que mujeres, hombres, niñas, niños deben conocer la realidad para transformarla. La cultura, tal como plantea Freire, “es comprender que las personas están (…) en el mundo y con el mundo, como seres de la transformación y no de la adaptación”.

Si queremos comprender y conocer el Paraguay, debemos recuperar la memoria. Sólo manteniendo la memoria viva, cada habitante, desde su acción cotidiana, puede ser y hacer parte de la historia.

Leer la realidad desde una pedagogía liberadora posibilita:

Saber qué pasó antes y qué pasa ahora en la sociedad.
Comprometerse para cambiar la realidad.
Ser sujeto de cambio en la sociedad.
Dialogar para producir conocimientos en forma colectiva, partiendo de los saberes de cada persona.