Rodríguez de Francia

Don José de todas partes, dictador de realidades
Sin manchas Gaspar la frente, franca de Francia y sus luces.

DON JOSÉ DE TODAS PARTES

Letra y Música: Maneco Galeano

El protagonista

El Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia es uno de los protagonistas más representativos de la historia paraguaya. Su nombre genera debates apasionados y muchos libros se escribieron sobre él y la época en que gobernó el Paraguay.
El Doctor Francia nació en el año 1766 y gobernó el país entre los años 1812 y 1840. Se le conoce como el Dictador Supremo. Fue un hombre de letras, una persona con una formación importante, dato significativo en un país donde se trata siempre de valorizar a los militares como protagonistas de la historia.
La palabra dictador tenía otro significado en esa época, como explica Areces (pp. 160, Historia del Paraguay). “La figura del dictador recordaba a la dictadura de la República Romana, donde la autoridad suprema tenía poderes y atribuciones extraordinarios en situaciones de crisis interna o guerras; diferente significado del régimen político durante el cual gobernó el tirano Alfredo Stroessner entre los años 1954-1989”.
Bouvet aclara, además, que “el Estado existe en la medida en que se da una relación entre política y escritura, que le da forma jurídica administrativa. El Dr. Francia, como hombre letrado, le da forma al Paraguay, en un primer momento dictando y posteriormente él mismo escribiendo numerosos documentos”.
Por el contexto político y económico de su época, el Dr. Francia toma algunas decisiones que permiten conformar un Paraguay distinto al país que tenemos actualmente. Se reconoce su honestidad y compromiso con los sectores que hoy podemos definir como empobrecidos.

Fue un gran defensor de la soberanía nacional, tema muy debatido en el Paraguay actual. Nidia Areces analiza que: “La defensa de la soberanía exterior paraguaya fue objetivo prioritario de la dictadura francista, al tratar de preservar el territorio heredado de la colonia, de lograr la libre navegación de los ríos y de sostener la independencia paraguaya en un plano de igualdad tanto frente a la poderosa Inglaterra como al convulsionado Río de la Plata o al
inquietante vecino brasilero” (Historia del Paraguay, pp. 161).
Entre otras cosas, durante su gobierno, el Doctor Francia:
• No aplicó nuevos impuestos e incluso bajó los impuestos que se pagaban al mínimo.
• La reducción de impuestos fue una medida que ayudó a los sectores más pobres, especialmente al campesinado, ya que redujo la alcabala, un impuesto que era cobrado en esa época.
• Promovió la industria artesanal, la fabricación de materiales a partir del cuero y el algodón.
• Las Estancias de la Patria eran establecimientos productivos de propiedad del Estado.
• Entregó tierras con la única condición de que debían producir en ellas.
• Formó el primer sistema de educación pública en el Paraguay y, en pocos años, eliminó el analfabetismo.
• Implantó una economía diversificada, con base en la producción agrícola y ganadera.
• Implementó la reforma agraria.
Las familias vulneradas recibían alimentos o bienes producidos en las Estancias de la Patria, en lo que se puede analizar como una política de bien común y no solo para unas pocas personas privilegiadas, en un tipo de sistema que (…) debía beneficiar a una mayoría, por lo que se propuso minar los privilegios de los grupos de poder tradicionales, eliminando cualquier tipo de oposición contestataria (Areces, pp. 170).
Eduardo Galeano nos cuenta que “no había grandes fortunas privadas cuando Francia murió, y el Paraguay era el único país de América Latina que no tenía mendigos, hambrientos, ni ladrones” (pp. 206, en Las venas abiertas de América Latina). El sistema del Doctor Francia es considerado como una revolución o dictadura popular.

La realidad actual
Si durante la época del Dr. Francia hubo una transformación en la tenencia de la tierra, en nuestro Paraguay actual, a pesar de la lucha de las organizaciones campesinas, la reforma agraria es un tema todavía pendiente. Paraguay es uno de los países con mayor concentración de la tierra en manos de unas pocas personas. El censo agropecuario del 2008 publicó que el 85,5% de las tierras están en manos del 2,06% de los propietarios.
Los cultivos de soja, maíz, o las extensiones para cría de ganado siguen aumentando, lo que genera la expulsión de miles de familias campesinas de sus fincas. Llegan a las ciudades y se instalan en condiciones inhumanas, intentando sobrevivir en el día a día.
Se está haciendo un esfuerzo para que la educación básica sea un derecho para niñas, niños, adolescentes. Aun así, hay todavía un elevado número de niñas, niños, adolescentes que dejan la escuela porque deben apoyar económicamente a sus familias.
Según datos del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), en nuestro país hay más de 200.000 personas que no saben leer ni escribir. ¿Quiénes son esas personas? Son personas jóvenes y adultas que, a pesar de la gratuidad de la educación escolar básica, dejaron de estudiar por razones económicas y, en su mayoría, provienen de familias empobrecidas.
En nuestra sociedad hay personas privilegiadas que tienen ingresos, viviendas, alimentación, recreación, y, por otro lado, tenemos más de 2.000.000 de personas empobrecidas, de las cuales más de la mitad son niñas y niños, que no tienen garantizado el derecho a la educación, la vivienda, la alimentación. Otro dato alarmante es que hay más de un millón de personas que son indigentes, no tienen qué comer.
La soberanía territorial es un tema muy actual, ya que muchas de las tierras donde hay monocultivo, como la soja o el maíz, están en manos de personas o empresas multinacionales extranjeras; entonces, las ganancias que producen no se distribuyen, ya que no quedan en el país. Esto genera cada vez más desigualdad, más personas empobrecidas.